No soy un cardo (al menos habitualmente...).

Esta es la segunda entrega de los candidatos a símbolo botánico de Los Pinchaos. Se trata en este caso de una planta exótica, fotografiada en los desiertos de Téxas, junto a la taberna donde celebraba sus juicios el Juez de la Horca. No es un cardo, como lo es el Cirsium gregarium, sino un cacto o cactus, de la familia americana de las Cactáceas. Creo que se trata del Echinocereus enneacanthus Engelm., que viene a significar algo así como "cacto-erizo con nueve espinas". Lo de las nueve espinas alude por supuesto al número que hay en cada grupito o pulvínulo, y no al número total. Las espinas son de tamaño muy disparejo -como Los Pinchaos, que si contamos a Roberto y Alejandro junior, también seríamos nueve-, y su número no es en realidad tan constante (puede fallar, aunque no tanto como el Vaci a los ensayos). El único inconveniente es que habría que aceptar que la espina más larga y conspicua representaría a nuestro jefe y maestro de música, Rafa, cosa que no está en absoluto acorde con su de todos conocido buen talante (ciertamente, no es un cardo, al menos...). Es interesante observar en la foto como hay otras plantas que aprovechan la protección de las espinas para encontrar un refugio seguro, y tal vez un poco de sombra. El título de esta entrada está copiado de una camiseta que llevaba una botánica que hizo su tesis sobre el género Carduncellus (un grupo de pequeños cardos).

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